El 20% de los refugiados vive en los 46 países menos desarrollados del mundo y más del 75% viven en naciones de renta baja y media, lo que hace que los más pobres soporten una carga desproporcionada de los costos de educación de los niños desplazados.
La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) ha emitido una advertencia sobre la falta de acceso a la educación para millones de niños refugiados en todo el mundo. Según un nuevo informe basado en datos de 70 países receptores, actualmente hay aproximadamente 14,8 millones de niños refugiados en edad escolar, y más del 50% de ellos no tienen acceso a una educación formal.
Este informe revela que el número de niños refugiados en edad escolar aumentó en casi un 50% con respecto al año anterior, especialmente debido al conflicto en Ucrania. ACNUR estima que más de siete millones de estos menores, lo que representa el 51%, no están matriculados en la escuela. Además, advierte que a medida que la población desplazada continúa aumentando, la proporción de niños sin educación seguirá creciendo.
El estudio también resalta que la inscripción de refugiados en las escuelas varía según el nivel educativo de los países receptores. En promedio, el 38% de estos niños están matriculados en nivel preescolar, el 65% en primaria, el 41% en secundaria y apenas el 6% en educación terciaria. En países de bajos ingresos, la brecha entre las tasas de inscripción de niños refugiados y no refugiados es significativa, lo que resulta en menos refugiados que asisten a la escuela a medida que avanzan en su educación.
El Alto Comisionado para los Refugiados, Filippo Grandi, subrayó la necesidad de sistemas educativos inclusivos que otorguen a los refugiados el mismo acceso y derechos que a los estudiantes del país de acogida. Adicionalmente, destacó que la falta de acceso a la educación obstaculiza la consecución de otros objetivos, como el empleo, la salud, la igualdad y la erradicación de la pobreza.
El texto de ACNUR también señala que el 20% de los refugiados vive en los 46 países menos desarrollados del mundo, y más del 75% se encuentra en naciones de ingresos bajos y medios, lo que significa que los costos de educar a los niños desplazados recaen de manera desproporcionada sobre los países más pobres.
En cuanto a América, el informe destaca que a finales de 2022 había más de 700.000 refugiados y 5,3 millones de personas que necesitaban protección en la región, principalmente venezolanos en diversos países. Colombia, Perú y Ecuador fueron las naciones con el mayor número de migrantes en la región. Sin embargo, las tasas de inscripción escolar de los niños refugiados y migrantes en la región son bajas y disminuyen al pasar de la primaria a la secundaria.
A pesar de estos desafíos, ACNUR informa que está cerca de lograr la paridad de género en la educación de los niños refugiados y enfatiza el potencial de los estudiantes refugiados cuando se les brinda acceso a una educación de calidad.
Para abordar esta crisis educativa, ACNUR sugiere cuatro áreas de enfoque: mejorar el acceso a la educación para los niños afectados por crisis, construir sistemas educativos resilientes, incorporar políticas y programas efectivos, y mantener y aumentar el financiamiento externo para garantizar que todos los niños refugiados tengan acceso equitativo a la educación, alineando estos esfuerzos con las prioridades de los planes nacionales de educación. @mundiario
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