Las niñas de todo el mundo utilizan la innovación y la tecnología para resolver problemas, unir comunidades, y como fuerza para el bien y la igualdad. Sin embargo, las mujeres y las niñas siguen estando insuficientemente representadas en las disciplinas STEM (acrónimo en inglés de "science", "technology", "engineering" y "mathematics" que sirve para designar las disciplinas académicas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas).
En una economía mundial cada vez más digitalizada, la brecha digital entre los géneros tiene una grave repercusión sobre los derechos de las niñas y las mujeres. Para colmar esta brecha deben ocurrir al menos tres cosas: facilitar el acceso igualitario a las tecnologías digitales y a Internet para las niñas y las mujeres; alentar e invertir en las niñas y las mujeres con miras a desarrollar sus habilidades en las TIC; y permitir que las mujeres y las niñas asuman roles de liderazgo en la tecnología.
El 22 de abril, Día Internacional de las Niñas en las TIC, únase a nosotras y nosotros para celebrar a las niñas en la tecnología, apoyar la educación tecnológica y la formación de aptitudes, y alentar a más niñas y mujeres jóvenes a seguir carreras en el ámbito de las disciplinas STEM.
Desde la creación de ventiladores de código abierto en Afganistán hasta la unificación y aumento de la difusión de las voces de jóvenes activistas en Chile y el trabajo para acabar con el matrimonio infantil en Georgia, a continuación figuran algunas niñas y mujeres jóvenes que sirven de inspiración.
Somaya Faruqi. Foto: Digital Citizen Fund
Cuando empezaban a escasear los ventiladores debido a la pandemia de COVID-19, Somaya Faruqi y el Equipo de robótica de niñas de Afganistán desarrollaron un prototipo de ventilador para apoyar el sistema de salud del país.
“El exgobernador de Herat nos pidió unirnos al reto de construir un ventilador de código abierto. Teníamos acceso limitado al mercado, no teníamos los materiales adecuados, había restricciones de viaje y ni siquiera teníamos presupuesto. No obstante, participamos con la ayuda de nuestras/os entrenadoras/es, expertas/os y mentoras/es”, explica Somaya. “Diseñamos un ventilador de código abierto a partir del diseño del MIT, y demostramos que si se les brindan oportunidades, las jóvenes pueden cambiar sus vidas y sus comunidades”
Para Somaya, apoyar a otras niñas en el ámbito de las STEM y allanar el camino para la igualdad en el sector son de máxima prioridad, y eso significa apoyar y fomentar los sueños y ambiciones de las niñas y las jóvenes como ella.
“Es importante acoger el aporte de la generación más joven, ya que son el futuro y tienen muchas ideas creativas que pueden beneficiar a todas y todos. Esto puede cambiar sus vidas si alguien cree en sus sueños”, concluyó.
Kathy Gitau. Foto: ONU Mujeres/Luke Horswell
Kathy Gitau, de 22 años, fue testigo de la violencia en su hogar al crecer, y se le dijo que sólo ciertos trabajos y roles eran adecuados para las mujeres. Cuando quería convertirse en vicepresidenta de la Unión de Estudiantes en su universidad, se desanimó pues otras personas creían que para alcanzar funciones de toma de decisiones, las mujeres tenían que ofrecer favores sexuales.
“Eso te hace perder el enfoque. Te hace pensar en abandonar", se lamenta Kathy. “No quiero que nadie sufra lo que he sufrido”.
Después de conocer el problema mundial y creciente de la intimidación cibernética y la violencia contra las mujeres basada en la tecnología, decidió pronunciarse y hacer de su universidad un espacio más seguro.
“La violencia basada en la tecnología es la violencia y la discriminación propagadas a través de la tecnología, como la intimidación cibernética y los ciberataques. La gente puede esconderse detrás de seudónimos y cuentas falsificadas”, afirma. “Este problema se ha vuelto mundial porque todos y todas estamos conectadas por la tecnología, y el público está en todas partes”.
Kathy y su universidad han creado grupos de apoyo para quienes hayan sufrido abuso en línea, y siguen creando conciencia en su campus, además de en las escuelas secundarias de toda Kenya occidental.
Julieta Martinez. Foto: ONU Mujeres/Lupita Valdés
Como oradora en festivales juveniles y miembro del Grupo de Trabajo de Jóvenes de ONU Mujeres para Beijing+25, Julieta Martínez, de 17 años, conectó con niñas de todo Chile y el mundo para aprender de sus experiencias. Escuchó de muchas que la falta de espacios seguros para que las niñas se interrelacionen y trabajen con miras a alcanzar sus sueños las estaba deteniendo.
Entonces pasó a la acción y fundó la plataforma Tremendas para crear espacios y oportunidades para que las niñas y las mujeres jóvenes se interrelacionen y combinen sus talentos y conocimientos a fin de apoyar causas sociales. Julieta cree que la unidad y la solidaridad de las comunidades de activistas es una fuerza significativa para el bien.
“Para facilitar la igualdad y la inclusión, necesitamos sobre todo paciencia, respeto y tolerancia”, asegura. “Tenemos que escucharnos mutuamente, en primer lugar, para entender que hay diferentes opiniones y puntos de vista, y que el alcance de las acciones de unas es distinto del alcance de las acciones de otras”.
Julieta y las muchas niñas chilenas con las que colabora reconocen que las y los jóvenes deben convertirse en la fuerza motriz de las soluciones a los problemas mundiales.
“Así como somos parte del problema, también somos parte de la solución, y estamos seguras y seguros de que el momento de actuar ha llegado”, proclama. “No podemos seguir desperdiciando tiempo, porque si el futuro es verdaderamente nuestro, entonces las decisiones son nuestras. Este debe ser un diálogo intergeneracional (...) Nosotras y nosotros, las y los jóvenes, no sólo somos el futuro; también somos el presente”.
Mariam Lomtadze. Photo courtesy of Mariam Lomtadze
Desde temprana edad a Mariam Lomtadze se le dijo que la ciencia y la tecnología eran inadecuadas para las niñas. En lugar de disuadirla en su interés en las disciplinas STEM, las críticas provocaron el activismo de Mariam en favor de la igualdad de género. Ahora utiliza sus aptitudes en ciencia y tecnología para enfrentar las desigualdades de género.
A los 17 años, Mariam participó en un Hackathon auspiciado por ONU Mujeres para visualizar datos de género. Ella y su equipo se centraron en los matrimonios precoces y forzados, porque son la realidad de tantas niñas en su país, Georgia.
“La presentación de datos de género de una manera innovadora y fácil de entender nos ayuda a aumentar la conciencia de las personas sobre cuestiones importantes como la desigualdad de género”, plantea Mariam. “En la medida en que más personas estén expuestas a problemas de igualdad de género, más fácil se hace encontrar soluciones duraderas”.
El equipo de Mariam creó una aplicación para mostrar el modo en que el matrimonio precoz crea obstáculos a las perspectivas profesionales de las niñas. En la aplicación, que incluía personajes que representaban a chicas jóvenes de todas las regiones de Georgia, las usuarias hacían de heroínas de cuentos de hadas y respondían preguntas hipotéticas para representar su futuro, que en muchos casos no tenía un final feliz. A través del juego, las usuarias podían ver distintos escenarios de las vidas de las niñas, y el modo en que serían mejores si no existiera el matrimonio precoz y forzado.
“Para resolver los problemas que crea el matrimonio precoz y forzado, el punto de partida es hablar sobre este”, piensa Mariam. “También es importante mostrarles a las niñas afectadas (aquellas que se casaron temprano o que enfrentan la amenaza del [matrimonio forzado]) que no están solas”.
URL:
https://www.unwomen.org/es/news/stories/2021/4/compilation-stories-to-celebrate-girls-in-ict