Aprobada en 1974, la Recomendación sobre la Educación para la Comprensión, la Cooperación y la Paz Internacionales relativa a los Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales es considerada como un instrumento jurídico histórico que reúne por primera vez la paz, la comprensión internacional, los derechos humanos, las libertades fundamentales y la educación.
Mucho antes de que la noción de educación para la ciudadanía mundial (ECM) y de educación para el desarrollo sostenible (EDS) hayan sido formuladas, la Recomendación de 1974 hacía un llamamiento a los Estados Miembros para que sus políticas educativas se orientaran según una perspectiva mundial y un compromiso en favor de la solidaridad internacional. Hoy en día, los objetivos de la Recomendación están estrechamente alineados con las metas 4.7, 12.8, 13.3 y 16 del Marco de Acción 2030 para el Desarrollo Sostenible que promueve la EDS y la ECM.
Desde 1974, han surgido nuevas amenazas que ponen en peligro la paz y la supervivencia de la humanidad. Se trata fundamentalmente del cambio climático, las enfermedades infecciosas, las pandemias y otras crisis sanitarias, la propagación rápida de las ideologías que incitan a la violencia y al odio, los modos de consumo y la producción no sostenible, el racismo sistémico y las desigualdades latentes.
La expansión significativa de la investigación y las evoluciones tecnológicas han hecho evolucionar también el ámbito de la educación. Las respuestas educativas a los desafíos societales se apoyan cada vez más en una gama amplia de datos digitales e intersectoriales, que requieren de la cooperación entre las sociedades más allá de las fronteras tradicionales (territoriales y culturales). Estas evoluciones proporcionan también nuevas oportunidades para la consolidación de la paz y la promoción de la solidaridad internacional.
La revisión de la Recomendación representa una oportunidad única para volver a reactivar y actualizar el consenso mundial sobre el papel que desempeña la educación –en todas sus formas– con miras a preparar a los educandos de todas las edades, así como a las generaciones futuras, para que puedan hacer frente a las conmociones en el porvenir y construir un futuro más justo, sostenible, sano y pacífico.
La Recomendación sobre la Educación para la Comprensión, la Cooperación y la Paz Internacionales relativa a los Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales de 1974 formula principios y normas que permiten la reglamentación internacional de la educación para que esta pueda contribuir a la justicia, la libertad, los derechos humanos y la paz. La Recomendación hace hincapié en el papel que desempeña la educación en la erradicación de las condiciones que constituyen una amenaza para la supervivencia y el bienestar de la humanidad.
La Recomendación de 1974 exhorta a las autoridades nacionales y a los profesionales de la educación del mundo entero a tomar medidas para infundir nuevo dinamismo a las metas y objetivos de la Carta de las Naciones Unidas(link is external), el Acta de Constitución de la UNESCO y la Declaración Universal de Derechos Humanos(link is external) (artículo 26). El objetivo es lograr que la educación tenga por objeto “el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales” (artículo 26 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos).
El mecanismo de seguimiento de la Recomendación de 1974 también permite medir los progresos realizados en la consecución de la meta 4.7, la meta 12.8 relativa al acceso a la información sobre el desarrollo sostenible y los conocimientos pertinentes sobre este y la meta 13.3 acerca de la educación sobre el cambio climático.
Hace unos 50 años, los Estados Miembros de la UNESCO se comprometieron a promover la paz y la comprensión internacionales mediante la educación. Desde entonces se han realizado progresos, pero todavía persisten retos. La “lucha contra el colonialismo y el neocolonialismo en todas sus formas y manifestaciones, y contra todas las formas y variedades de racismo, fascismo y apartheid, como también de otras ideologías que inspiran el odio nacional y racial y que son contrarias al espíritu de esta Recomendación” (artículo 6) todavía es pertinente hoy en día, aunque de diferentes maneras.
Nuestra generación debe hacer frente a amenazas tales como la regresión de la democracia y la propagación de ideologías violentas y de odio y las teorías conspirativas. Nuestra vida en el planeta también está amenazada por la contaminación, el cambio climático y la pérdida de la biodiversidad que generan tensiones inéditas y desafíos para la salud y el bienestar.
El aspecto positivo es que la comunidad internacional se ha dotado de una gama sólida de instrumentos normativos e instrumentos tecnológicos para favorecer la paz y la no violencia, algo que no existía en 1974. Asimismo, disponemos de datos y de un nutrido acervo de investigaciones en materia de educación para formular políticas informadas y dar seguimiento a su repercusión.
Por estas razones, los Estados Miembros de la UNESCO decidieron revisar la Recomendación de 1974 para tomar en cuenta los cambios que han ocurrido a escala mundial y en el ámbito educativo, en particular los requerimientos del Marco de Acción 2030 y del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS 4) sobre la educación, con miras a enraizar firmemente el papel de la educación en la promoción de la paz mundial, la comprensión internacional y el desarrollo sostenible.
La revisión también tendrá en cuenta las conclusiones recientes del Informe sobre Los futuros de la educación: Reimaginar juntos nuestros futuros: un nuevo contrato social para la educación.
La revisión de la Recomendación de 1974 tiene un doble objetivo:
La UNESCO dirige un proceso de consultas inclusivo y transparente para apoyar la elaboración y la aprobación de una Recomendación revisada.
Este proceso se compone de tres fases principales:
La UNESCO está realizando una encuesta mundial para recopilar información que ayudará a revisar la Recomendación. Si está involucrado en el campo a nivel personal o profesional, o cree que se debe hacer más en esta área, lo invitamos a completar la encuesta.
Como parte de su función normativa y de seguimiento, la UNESCO exhorta cada cuatro años a los Estados Miembros a que presenten un informe sobre los progresos realizados en la aplicación de la Recomendación de 1974.
La séptima consulta tuvo lugar entre octubre de 2020 y marzo de 2021. Los datos se publicaron por primera vez en julio de 2021 en la base de datos de los indicadores mundiales de los ODS de las Naciones Unidas(link is external).
Una de las conclusiones principales del informe aborda el hecho de que los temas vinculados al aprendizaje de la convivencia se integran con mayor frecuencia a las leyes y marcos jurídicos que aquellos que están relacionados con el aprendizaje para una vida sostenible. En los dos casos, ambos tienden ligeramente a ser incluidos con mayor frecuencia en las políticas educativas que en las leyes.
Según los datos proporcionados por los 75 países participantes, los principios rectores en particular son integrados con mayor frecuencia en los planes pedagógicos y, en más de la mitad de los casos, se integran ampliamente en la EDS y la ECM. Aunque son integrados de manera también más amplia en la formación de los docentes, la manera de integrarlos pudiera ser más parcial que total. La integración en las leyes, las políticas y la evaluación de los alumnos es más baja (87-88%).
A escala mundial, el 97% de los países (73 países) informaron que toda o una parte de los principios rectores de la Recomendación de 1974 quedaban reflejados en las leyes y políticas naciones o subnacionales.
A pesar de estas cifras alentadoras, el informe no mide hasta qué punto los entornos de aprendizaje pueden ser propicios a la promoción de los principios de la Recomendación. Estas son algunas de las cuestiones sobre las que se profundizará en el marco del proceso de revisión.
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