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La revolución digital ha traído cambios significativos en cómo vivimos, aprendemos e interactuamos, con múltiples olas de avances tecnológicos. La actual revolución de la inteligencia artificial representa un cambio nuevo y profundo, particularmente a través de la capacidad de la IA para simular el lenguaje humano y la conversación. Este desarrollo desafía nuestra comprensión del lenguaje, la inteligencia y el papel de la tecnología en la educación y la sociedad.

A medida que la IA comienza a generar respuestas y conocimientos similares a los humanos, surgen preguntas fundamentales sobre su impacto en la educación, los valores sociales y nuestro concepto de humanidad. Los sistemas educativos ahora están lidiando con la forma de integrar y regular la IA, que ha sido introducida rápidamente en las aulas sin una supervisión adecuada. El autor enfatiza la importancia de considerar cuidadosamente los riesgos y las implicaciones éticas de la IA, particularmente en su potencial para manipular y moldear los sistemas de conocimiento. Existe una necesidad de un desarrollo equilibrado, donde la tecnología de la IA esté alineada con los valores humanos y la educación siga siendo un proceso profundamente centrado en el ser humano.

UNESCO está trabajando con los países para desarrollar estrategias para el uso seguro de la IA en la educación, enfatizando la necesidad de un enfoque cauteloso y marcos regulatorios robustos. El mensaje general es que, si bien la IA ofrece inmensas posibilidades, debe integrarse de manera reflexiva para asegurar que mejore la educación y la sociedad sin socavar la agencia humana, la equidad o los valores fundamentales del aprendizaje.