
El liderazgo es importante en la educación. Para ayudar a las instituciones, los sistemas y las sociedades a conseguir un cambio positivo, es necesario contar con líderes fuertes capaces de trabajar en colaboración con otros actores en pos de los mismos objetivos. A nivel escolar, los líderes son las y los directores de las escuelas, pero también todas aquellas personas que desempeñan puestos de responsabilidad y colaboran con ellos tanto en la propia escuela como en su comunidad. A nivel de sistema, los líderes son aquellos empleados públicos que trabajan como funcionarios locales, supervisores o planificadores. A nivel social, los líderes son los dirigentes políticos, pero también un amplísimo abanico de actores que contribuyen a configurar los objetivos de la educación y que engloba tanto a los sindicatos y los investigadores como a la sociedad civil y los medios de comunicación.
Este informe, titulado «Liderar por el aprendizaje» sostiene que, al perseguir objetivos concretos, los líderes educativos no son simplemente meros gestores. Son auténticos agentes de cambio que necesitan tiempo, confianza y apoyo para centrarse en establecer una visión concreta y contribuir al desarrollo tanto de las personas a las que atienden como de aquellas con quienes trabajan. El informe pone de manifiesto la necesidad de que se invierta en la contratación y la capacitación de líderes tanto a nivel escolar como a nivel de sistema. Es necesario que se establezcan procesos de contratación justos y se ofrezcan oportunidades de crecimiento que reconozcan todo el alcance de las funciones que desempeñan los líderes dentro de sus respectivos puestos. Además, el liderazgo funciona mejor cuando se lleva a cabo de manera compartida, ya que de esta manera se empodera al resto de personas implicadas para que lideren de la mejor manera posible durante el desempeño de sus funciones.
No existe un único estilo de liderazgo válido. Los diferentes contextos, capacidades y personalidades hacen que los estilos varíen, y con razón. Esto, unido al hecho de que cada líder tiene sus propios objetivos, hace que evaluar plenamente su impacto resulte complicado. Sin embargo, todas las investigaciones apuntan a que es sumamente necesario contar con un sólido liderazgo para mejorar de manera continua la calidad de la educación. Los líderes escolares son, después del profesorado, quienes mejor capacitados están para contribuir a la transformación de los resultados de los alumnos. De la misma manera, los políticos ejercen una enorme influencia para hacer que la educación inclusiva y equitativa sea una prioridad nacional.
Este séptimo Informe de seguimiento de la educación en el mundo se complementa con una nueva serie de perfiles de países en los Profiles Enhancing Education Reviews (PEER ), un recurso en línea diseñado para fomentar el diálogo político y describir las políticas y normativas relacionadas con la selección, capacitación y desarrollo de las y los directores de centros escolares en los sistemas educativos mundiales.