Las familias migrantes y refugiadas venezolanas que se encontraban en una situación frágil antes de la pandemia, ahora ven agravada su situación debido a la pérdida de empleo, las dificultades de acceso a prestaciones y servicios de emergencia, así como la falta de acceso a los sistemas de salud.
Debido a que ya no cuentan con los medios de vida para continuar en los países de acogida o les ha sido imposible acceder a las respuestas de emergencia, debido a la presión y a la redefinición de prioridades que han debido realizar los Estados, muchas personas venezolanas han decidido retornar a Venezuela. En distintas ciudades de la región, muchas familias venezolanas se encuentran a la espera de asistencia humanitaria que les brinde opciones de retorno, exponiéndose a riesgos de infección debido a movimientos irregulares entre países y al cruce de fronteras.
En materia educativa, el 100% de los niños, niñas y adolescentes venezolanos que se encontraban matriculados en los países de acogida hoy se encuentran fuera de las escuelas y sin certezas de retorno. La interrupción de los aprendizajes también se ha extendido entre aquellos niños, niñas y adolescentes que ya habían visto interrumpidos sus estudios al iniciar sus desplazamientos. También hay quienes, pese a estar matriculados en centros educativos de los países de destino, debido al confinamiento no han podido dar inicio al año escolar, perdiendo contacto con sus comunidades educativas.
Pese a los esfuerzos de los ministerios de Educación por diversificar los mecanismos de educación remota hacia la inclusión de canales de televisión y programas radiales, y más allá de las plataformas web ya existentes, las condiciones de habitabilidad, la falta de acceso a tecnologías, internet y material educativo, son barreras que los niños, niñas y adolescentes desplazados han estado experimentando en sus intentos por acceder a las respuestas educativas implementadas en las comunidades de acogida.
Todos estos factores pueden poner en riesgo el retorno de niños, niñas y adolescentes venezolanos a la escuela. La experiencia de otras crisis nos muestra que mientras más tiempo el aprendizaje esté interrumpido y las escuelas estén cerradas, más probabilidades existen de que los niños, niñas y adolescentes en situación de movilidad no vuelvan a la escuela.
Esta situación presenta desafíos sin precedentes para los sistemas educativos de nuestra región. En este contexto, la UNESCO propone cinco mensajes clave para que los esfuerzos del sector educativo se enfoquen en el objetivo de garantizar el derecho a la educación y proporcionar a niños, niñas y jóvenes migrantes y refugiados los conocimientos y habilidades necesarias para salvar y sostener sus vidas a través de la educación:
URL:
https://es.unesco.org/news/derecho-educacion-nna-migrantes-venezuela