En un momento en el que más de 1.500 millones de estudiantes se encuentran en casa debido a la contingencia del COVID-19, los países afrontan un escenario sin precedentes: Centros escolares cerrados, las familias con incertidumbre sobre el futuro; y niños, niñas y adolescentes con su rutina y proceso educativo trastocado. No se trata solo de la falta de clases escolares, sino también de la desconexión con sus compañeros, profesores y de todo el tejido social que implica la comunidad educativa.
Estas consecuencias, que van más allá del currículum y de los logros de aprendizaje, desafían a los sistemas educativos en un escenario para el cual no se encontraban suficientemente preparados. Sucede en los países ricos, en los de media renta y en los más pobres. Los Estados desde sus realidades trabajan para ofrecer alternativas ante la emergencia a través de iniciativas dirigidas a distintas realidades socioeconómicas, geográficas y tecnológicas. Son enormes los desafíos debido a la dificultad de acceso universal a dispositivos, a la información adecuada y a la provisión educativa. Y también es un reto en temas de apoyo emocional.
La UNESCO habló con Raúl Figueroa, ministro de Educación de Chile, quien al igual que sus pares de América Latina y el Caribe, trabaja para ofrecer alternativas para que el derecho a la educación se siga ejerciendo en la emergencia, y para preparar el regreso a clases.
"Luego de la suspensión total de clases presenciales en marzo, pusimos a disposición de la comunidad educativa la plataforma Aprendo en línea que cuenta con recursos educativos para estudiantes de primero básico a cuarto medio"
- Raúl Figueroa, ministro de Educación de Chile
Ministro, ¿Cómo reaccionó inicialmente el sistema educativo chileno ante la llegada del virus? ¿Qué medidas tuvieron que tomar?, ¿Cómo apoyan a las familias en este contexto?
Desde enero de 2020 el Gobierno comenzó la elaboración de un Plan de Acción para enfrentar esta amenaza. En este contexto, el Presidente Sebastián Piñera, nos pidió que nos pusiéramos en el escenario de una posible suspensión de clases. Esto nos permitió avanzar con rapidez en una serie de acciones que dieran continuidad a los aprendizajes de nuestros estudiantes y a los beneficios para los sectores más vulnerables.
Luego de la suspensión total de clases presenciales en marzo, pusimos a disposición de la comunidad educativa la plataforma Aprendo en línea que cuenta con recursos educativos para estudiantes de primero básico a cuarto medio. Para favorecer la continuidad de los aprendizajes de los estudiantes, acordamos una alianza con Atelmo (Asociación de Telefonía Móvil de Chile) para que la descarga de textos y guías escolares sea gratuita y que los estudiantes no ocupen su plan de datos de internet para acceder a estos contenidos. Los estudiantes, además, pueden complementar sus aprendizajes con la Biblioteca Digital Escolar, que ofrece más de 10 mil libros gratuitos a disposición de todas y todos.
Hasta fines de marzo la plataforma ha sido utilizada por más de dos millones de usuarios, lo que demuestra que vamos por buen camino. Debemos seguir trabajando unidos y de forma coordinada para que nuestros estudiantes no vean interrumpido su proceso formativo.
Adicionalmente, acordamos una alianza con Google y la Fundación Chile para crear un acceso expedito y soporte a los establecimientos educacionales que deseen contar con la G Suite para Educación y Google Classroom. Estos sistemas permiten a los docentes organizar el contenido de sus cursos, dar seguimiento a tareas y comunicarse con sus estudiantes.
También, para apoyar a las familias, dimos continuidad al beneficio del programa de alimentación escolar para alrededor de 1.600.000 de niños y niñas quienes representan el 60% más vulnerable del país. A ellos entregamos una canasta de alimentación que cubre las necesidades nutricionales de cada niño y niña beneficiado durante 15 días.
El acceso a dispositivos no está al alcance de todo el mundo y la conectividad no está disponible en todos los lugares, especialmente en sectores rurales. ¿Cómo enfrenta Chile este problema?
Para apoyar a aquellos que presenten dificultades con el acceso a internet, lanzamos el de marzo el plan “Aprendo en casa”. Lo que estamos haciendo es repartir el mismo material educativo de forma impresa, acompañado de cuadernillos de reforzamiento que se están distribuyendo a 3.700 establecimientos rurales y de escasa conectividad. Estamos utilizando todos los métodos para llegar a cada rincón de Chile con las herramientas pedagógicas necesarias.
¿Cómo se prepara el sistema educativo ante los distintos tipos de crisis?
Estamos frente a una situación nueva que hemos enfrentado trabajando de forma colaborativa con todas las autoridades y las comunidades educativas. En esto ha sido clave el uso de la tecnología, como herramienta de apoyo para los aprendizajes, y el apoyo de los padres y apoderados que han debido tener un activo rol desde sus hogares para garantizar la continuidad de los aprendizajes de nuestros estudiantes.
La flexibilidad será una palabra clave para volver a clases, y usted se ha planteado esta etapa como un paréntesis en el año escolar. ¿Cómo piensan flexibilizar para lograr un cierre del año escolar en forma?
Estamos frente a un hecho inédito, del cual todos estamos aprendiendo. La flexibilidad será clave para retomar las clases y el calendario escolar. Lo principal es que ahora todos hagamos el esfuerzo para dar continuidad a los aprendizajes. Es un compromiso que debe adquirir toda la comunidad educativa.
Esta situación global nos ha obligado a probar masivamente alternativas de teletrabajo y aprendizaje a distancia ¿Qué lecciones puede sacar Chile de esta experiencia para enfrentar el futuro de la educación?
Si bien el trabajo que se realiza en la escuela es único y difícilmente reemplazable, la digitalización es una herramienta clave que debe desarrollarse para enfrentar el futuro. Desde el Mineduc estamos impulsando una serie de iniciativas que apuntan a fortalecer este aspecto.
La Subdirectora General de Educación de la UNESCO, Stefania Giannini ha dicho que “es el momento de compartir nuestros datos y nuestras soluciones y de intercambiar este caudal de conocimientos, capacidades y talentos, según los principios de inclusión y equidad”. En este sentido ¿Que esperaría Chile de la cooperación internacional? ¿Qué puede ofrecer Chile a los otros países en este tema?
Es el momento de unirnos, no solo para garantizar la continuidad del aprendizaje, sino para invertir en el poder transformador que proporciona la educación a las personas, las comunidades y las sociedades. Las buenas ideas y prácticas deben replicarse. Nosotros tenemos absoluta disposición para colaborar con otros países para sacar adelante los sistemas educativos y enriquecernos mutuamente para mejorar las herramientas pedagógicas que ponemos a disposición de las comunidades educativas.
¿Qué mensaje quisiera compartir con las comunidades educativas de Chile, docentes y trabajadores de la educación, estudiantes y familias?
Quiero destacar el esfuerzo y compromiso de las comunidades educativas. Agradecer todo el trabajo colaborativo y en el que han participado funcionarios con turnos éticos, y que nos ha permitido sortear esta crisis sanitaria.
Ya son más de dos millones de usuarios los que están utilizando nuestra plataforma Aprendo en línea, aproximadamente 1.600.000 estudiantes beneficiados con las canastas de alimentación y 3.700 establecimientos rurales y de alta vulnerabilidad que se han podido integrar a esta red de herramientas pedagógicas. Es el momento de unirnos para garantizar la continuidad del aprendizaje.
URL:
https://es.unesco.org/fieldoffice/santiago/articles/ministro-educacion-Chile-covid-19