Vicky Haoa ha dedicado años al fortalecimiento de la lengua rapa nui: "El idioma es parte de nuestra forma de ser, de nuestros pensamientos, nuestros sentimientos, nuestras alegrías y mucho más", dice. (Santiago, 21 de febrero de 2018.)
Este plan surge en el marco de la reforma educacional en Chile, tras realizar en Rapa Nui (Isla de Pascua, Chile) el primer diálogo ciudadano, que tuvo lugar en octubre del 2014, con la pregunta ¿Cuál es la educación que soñamos?
Para el diseño de este proyecto se consideró la aplicación de una encuesta sociolingüística, en la cual participaron 542 personas. Sus resultados indican que la lengua rapa nui goza de un alto grado de valoración social y prestigio en la comunidad, incluso entre quienes no la hablan; que es un elemento definitorio de la identidad de los hablantes, y que existen escasas oportunidades de aprenderla fuera del seno familiar.
Este proceso de construcción participativo tuvo su inicio el año 2014, cuando el Ministerio de Educación de Chile (Mineduc) recorrió todas las provincias del país para levantar información ciudadana sobre cuál era la reforma educacional que soñaban. El pueblo rapa nui indicó estar de acuerdo con cambios estructurales del sistema educativo, siempre y cuando se considerara y respetara la educación intercultural, la cosmovisión indígena y la historia de los pueblos, entre otros elementos, que resguarden una educación pertinente con los territorios”, según explicó Andrés Soffia, coordinador de la Unidad de Inclusión y Participación Ciudadana del Mineduc.
Es así que, en consecutivos espacios de relación entre el pueblo de Rapa Nui, particularmente las comunidades educativas, el Mineduc y la UNESCO, surgió la preocupación de analizar la situación actual de la lengua y la cultura rapa nui, transformándose en uno de los objetivos del proyecto.
El proyecto de revitalización lingüística y cultural comenzó diagnosticando el estado de competencia lingüística de la lengua rapa nui en la población isleña, conociendo la percepción de la comunidad respecto de la educación, qué lugar ocupa en ella la lengua y el patrimonio cultural rapa nui. Fue así como se recopiló, junto a la comunidad, información sobre las medidas que los propios rapa nui consideran necesarias para el fortalecimiento lingüístico y cultural.
El trabajo realizado durante la primera fase (2015) concluyó con la elaboración de un diagnóstico de la situación lingüística y cultural del pueblo rapa nui, desarrollado de manera participativa con la comunidad, junto con el diseño y aplicación piloto de una encuesta sociolingüística, con el propósito de determinar el estado de vitalidad de la lengua rapa nui.
La segunda fase del proceso (2016) consistió en el análisis de los resultados de la aplicación piloto y la construcción del instrumento definitivo, el cual fue aplicado entre octubre y noviembre de 2016. Durante el año 2017 se avanzó en el análisis de los resultados de la encuesta y la definición de un plan de acción, en concordancia con el diagnóstico realizado, en conjunto con los distintos equipos del Ministerio de Educación de Chile implicados en el proceso.
La propuesta se articula en torno a tres ejes: 1) participación y diálogo epistémico e intercultural; 2) diseño de política y práctica institucional intercultural; y 3) adecuación de normativas internas y externas. Se ha diseñado un plan de acción para el periodo 2018-2021 que considera diversas medidas en las siguientes líneas de acción:
Desarrollo comunicacional permanente para sensibilizar, difundir acciones en curso y resultados.
Participación y fortalecimiento del uso de la lengua desde y en las comunidades y familia.
Gestión institucional intercultural.
Desarrollo curricular formal e informal.
Formación continua de docentes, educadoras (es) tradicionales y sabios rapa nui.
Desarrollo de materiales didácticos de inmersión, bilingüismo y del Sector de Aprendizaje en Lengua Indígena.
Sistematización, seguimiento, acompañamiento y asesoría en el proceso.
Durante el año 2018 está planificado trabajar en la incorporación de educadoras (es) tradicionales en el sistema educativo; el levantamiento de espacios propios de aprendizaje; jornadas de reflexión con la comunidad educativa; diseño de instrumentos de evaluación de competencias lingüísticas y culturales; diseño de una política de capacitación para docentes, educadoras (es) tradicionales y sabios formadores; diseño participativo de materiales didácticos para inmersión lingüística, y la conformación de la mesa local y la mesa institucional para la gestión y seguimiento del plan, entre otras acciones.
“Era necesario que este fortalecimiento lingüístico y cultural se concretara más allá de contenidos o materias de los programas nacionales educativos, sino de manera transversal en todo el quehacer de los habitantes de Rapa Nui. Creemos que lo que vivimos hoy es un evento esperanzador para la consolidación del reconocimiento de la riqueza de la diversidad cultural en Rapa Nui y su aporte único a una mejor sociedad para todos”, señaló Atilio Pizarro, jefe de la Sección de Planificación, Gestión, Monitoreo y Evaluación de la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe (OREALC/UNESCO Santiago).
“Si no existen niños que hablen nuestra lengua y nosotros los adultos vamos desapareciendo, cuando estos niños estén grandes y se conviertan en padres, no van a hablar el idioma, no podrán enseñárselo a sus hijos”, lamenta Vicky Haoa, miembro de la Academia de la Lengua Rapa Nui. Es por esta razón que el objetivo de la aplicación de la encuesta sociolingüística fue determinar el grado de vitalidad del idioma rapa nui, de acuerdo a los lineamientos establecidos por la UNESCO (UNESCO, 2003).
La encuesta fue construida en castellano y en rapa nui, y la población objetivo estuvo constituida por niños y niñas en edad escolar, jóvenes y adultos, pertenecientes a familias rapa nui, ya sea familias constituidas solo por miembros de la etnia o familias mixtas, que residieran en viviendas ocupadas en la isla. La aplicación de la encuesta fue realizada por 28 encuestadoras (es) de origen rapa nui y se llevó a cabo entre el 26 de octubre y el 18 de noviembre de 2016. La población total estimada a partir de la muestra fue de 3.000 personas, de los cuales 542 individuos respondieron la encuesta.
Sus resultados arrojaron que, en cuanto al grupo etario, más del 70% de mayor edad (65 años o más) presenta un nivel alto de competencia lingüística. A medida que disminuye la edad, la proporción de cada grupo etario que presenta un alto nivel de competencia disminuye gradualmente, alcanzando sólo un 16,7% en el grupo más joven (8 a 12 años).
Los datos también indican que la lengua rapa nui predomina en los ámbitos de uso privado y de entorno social, familiar y de actividades tradicionales, mientras que el español es el que domina los ámbitos de uso nuevos y públicos. Asimismo, la lengua rapa nui goza de un alto grado de valoración social y prestigio en la comunidad, incluso entre quienes no la hablan. Se constata, además, que la lengua rapa nui es un elemento definitorio de la identidad de los hablantes. A su vez, se percibe que existen escasas oportunidades de aprenderla fuera del seno familiar y que se requiere una acción más decisiva por parte del Estado y de las instituciones públicas para su protección y fortalecimiento.
Asumiendo que los hablantes de la lengua corresponden a aquellos que demostraron un alto nivel de competencia, quienes representan entre un 59% y un 63% de la población, con un 95% de confianza (en términos de la escala de graduación establecida por la UNESCO, 2003), esta proporción ubica al rapa nui en el nivel 3 de dicha escala (“claramente en peligro o amenazada”), indicando que la mayoría de la comunidad habla la lengua. La escala de medición va de 0 (nadie habla la lengua) a 5 (todos/as hablan la lengua). A pesar de estas cifras esperanzadoras, la evaluación cualitativa indica que la lengua se encuentra definitivamente en peligro.
Por esta razón, para Vicky Haoa, miembro de la Academia de la Lengua Rapa Nui, fortalecer la lengua rapa nui también tiene que ver con perseguir un sueño: “Que mi lengua no desaparezca, porque el idioma es parte de nuestra forma de ser, de nuestros pensamientos, nuestros sentimientos, nuestras alegrías y mucho más. Si nuestro idioma desaparece ya no se podrá hablar de la existencia de una cultura llamada rapa nui. Es a través de nuestra lengua que mostramos quiénes somos”.
Paula Pilquinao, en representación de la Secretaría de Educación Intercultural Indígena de la Subsecretaría de Educación de Chile, concuerda con Vicky Haoa: “En la lengua está implícito todo el conocimiento, está toda la cultura implícita en la lengua. Entonces si se pierde la lengua, se pierde toda la cultura, todo el conocimiento que esta lengua lleva. De ahí su importancia. Si los niños ya no saben su lengua, no van a saber de su cultura, por lo tanto, pierden su identidad”, explicó.
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Según la UNESCO, se considera que una lengua se encuentra en peligro cuando sus hablantes dejan de usarla, la usan en un número reducido de ámbitos, dejan de transmitirla a las próximas generaciones y existen pocas oportunidades y recursos para su aprendizaje y enseñanza.
La UNESCO reconoce la importancia de apoyar a los pueblos indígenas para el fortalecimiento de su lengua y cultura, y la generación de condiciones para transmitir a las generaciones futuras sus conocimientos, sus valores y sus modos de vida propios.
Experiencias y estudios internacionales demuestran que los sistemas de educación bilingües (o multilingües) basados en la lengua materna, en los cuales se enseña la lengua materna del niño conjuntamente con la introducción de un segundo idioma, pueden mejorar los resultados en el segundo idioma, así como en otras asignaturas.
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