Nuestra humanidad y el planeta Tierra están bajo amenaza. La pandemia solo ha servido para demostrar nuestra fragilidad y nuestra interconexión. Ahora se necesita una acción urgente, tomada en conjunto, para cambiar el rumbo y reimaginar nuestro futuro. Este informe de la Comisión Internacional sobre el Futuro de La educación reconoce el poder de la educación para generar cambios profundos. Nos enfrentamos al doble desafío de cumplir la promesa incumplida de garantizar el derecho a una educación de calidad para todos los niños, niñas, jóvenes y adultos y realizar plenamente el potencial transformador de la educación como vía para futuros colectivos sostenibles Para ello, necesitamos un nuevo contrato social para la educación que pueda reparar las injusticias mientras transforma el futuro. Este nuevo contrato social debe fundamentarse en los derechos humanos y basarse en los principios de no discriminación, justicia social, respeto por la vida, la dignidad humana y la diversidad cultural. Debe abarcar una ética del cuidado, la reciprocidad y la solidaridad. Debe fortalecer la educación como un esfuerzo público y un bien común. Este informe, que se preparó durante dos años y se basó en un proceso de consulta global en el que participaron alrededor de un millón de personas, invita a los gobiernos, instituciones, organizaciones y ciudadanos de todo el mundo a forjar un nuevo contrato social para la educación que nos ayudará a construir un futuro pacífico, justo y futuros sostenibles para todos. Las visiones, principios y propuestas que aquí se presentan son meramente un punto de partida. Traducirlos y contextualizarlos es un esfuerzo colectivo. Ya existen muchos puntos brillantes. Este informe intenta capturarlos y construir sobre ellos. No es ni un manual ni un anteproyecto, sino la apertura de una conversación vital.