Como producto de las redes sociales y del aumento del populismo, el discurso de odio se está difundiendo más rápido y con mayor alcance que nunca. Ya sea en línea o no, se dirige a las personas sobre la base de quiénes son y tiene el potencial de incitar a la violencia, así como engendrar ideologías extremistas y violentas, crímenes atroces e incluso el genocidio. Además, discrimina, infringe derechos humanos individuales y colectivos y socava la cohesión social.
La educación puede cumplir un papel fundamental en la lucha contra los discursos de odio y el surgimiento de la violencia dirigida a grupos específicos. Las respuestas educativas al discurso de odio y a todas las formas de comunicación relacionadas incluyen:
• La capacitación de docentes y estudiantes sobre los valores y las prácticas que necesitan para ser ciudadanos y ciudadanas respetuosos a nivel global y en el ámbito digital;
• La adopción de pedagogías y enfoques escolares integrales para el fortalecimiento del aprendizaje social y emocional;
• La adopción y revisión del currículo y de los materiales educativos para que sean culturalmente sensibles e incluyan contenido que identifique la presencia del discurso de odio y promueva el derecho a la libertad de expresión.
Esta guía para la formulación de políticas, elaborada por la Oficina de las Naciones Unidas para la Prevención del Genocidio y la Responsabilidad de Proteger (OSAPG) y la UNESCO, analiza en detalle estas y otras respuestas educativas con la intención de brindar a las y los formuladores de políticas las orientaciones y recomendaciones sobre cómo fortalecer los sistemas educativos para combatir el discurso de odio.