La educación es la herramienta más eficaz para preparar a las sociedades para los desafíos globales que plantea el cambio climático, ya que proporciona a las personas, a las comunidades y al mundo en general los conocimientos, las competencias y las actitudes que se necesitan para construir unas sociedades sostenibles, de bajas emisiones y resilientes al cambio climático.
La educación para el desarrollo sostenible (EDS) no es un “extra”, sino un componente esencial de cualquier estrategia para combatir los efectos del cambio climático, poner en práctica un acuerdo mundial y alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). La EDS contribuye a concienciar y cambiar comportamientos y actitudes y permite a las personas tomar decisiones informadas sobre su vida.